Después de empezar a usar el aceite dental, pensé que no era un producto que me fuese a gustar. Me resultaba rara la sensación de tener aceite en la boca, aunque después de lavarme los dientes tenía una sensación muy fresca y agradable. Cuando se acabó el bote y volví a la pasta de dientes ya no me gustaba esta y estuve contando los días para volver hacer un pedido a RINGANA y volver a tener el aceite.
Ya son 3 años desde aquello y no quiero otro producto para mi higiene dental. Con el tiempo ví que con la pasta de dientes a veces tenía las encías sensibles y de vez en cuando inflamaciones. Tenía que usar enjuague bucal y con el aceite dental no necesito ningún otro producto. Además es perfecto para toda la familia, ya que los niños pequeños se tragan la pasta de dientes que es muy venenosa y con el aceite dental estoy completamente tranquila porque es completamente inofensiva.